sábado, 1 de octubre de 2016

Sobre la Critica de Arte

DE LA CRÍTICA DEL ARTE A LA CRITICA DE LA INTERPRETACIÓN
por Lara Vismara

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Como bien sabemos, las vanguardias del siglo XX alteraron las estructuras vigentes y revolucionaron los parámetros creativos en todas las artes. Hoy en día quedaron los vestigios de una crítica de arte que esta en alerta, temiendo estar en peligro de extinción. A la hora de investigar sobre la cuestión de la crítica de arte en la actualidad, podemos encontrarnos con la idea de que ésta ha entrado en crisis en los últimos años. Hoy en día es normal hallar un arte que busca alejarse de la explicación e interpretación del experto. Muchos creen que esto se debe a la expansión de lo que se conoce como arte critico, el cual busca interpelar al espectador de manera directa y relativizar las diferentes interpretaciones y maneras de vincularse con el arte. Otros observan la llegada de un arte mas simple, pero menos “profundo”. También están quienes creen que los avances tecnológicos y de Internet amplían los espacios de opinión y discusión sobre arte, dejando lugar a la opinión de personas no especializadas. También encontramos a quienes piensan que la crítica perdió credibilidad y seriedad al haber caído en la lógica del mercado, lo efímero, la moda. Estas razones pueden ser ciertas, o no. En definitiva, numerosos artistas y críticos creen que el problema de esta decadencia se traduce en un creciente “analfabetismo” e “ignorancia” que se encuentra en el que el público a la hora de interpretar una obra de arte. Me interesa indagar sobre en cuestión de la critica del arte en la actualidad, porque considero que hay algo confuso detrás de los conceptos claves que pertenecen al ámbito del arte y eso es algo sintomático de esta supuesta decadencia. Básicamente, creo que detrás de la idea de interpretación subyace, en primera instancia, cierta ambigüedad y, en segunda instancia, una contradicción.  

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Ahora bien, ¿qué es la crítica de arte? ¿Para qué sirve? ¿Qué importancia tiene? En líneas generales, se la puede definir como un análisis sistemático y crítico de una producción artística de un determinado período histórico, teniendo en cuenta las condiciones materiales y simbólicas del contexto en el que ésta fue llevada a cabo. Además consiste en una observación minuciosa y detallada de las partes y del conjunto, requiriendo ciertos conocimientos previos, para que el crítico pueda entablar un diálogo con la obra. Este análisis conlleva, implícita o explícitamente, un juicio de valor. El crítico es juez e intérprete de la obra. Dicho juicio de valor está dirigido a un público no especializado y contribuye a crear un espacio de formación y de discusión, cumpliendo tanto con una función informativa como formativa. Aparece como mediador entre la obra y el espectador común y corriente. En teoría, su función es dar a conocer su interpretación, traducción y valoración una obra con ojo crítico, emitir un juicio de valor “desinteresado”, como diría Kant. La cuestión de la figura del crítico en tanto “experto” me remite a la postura de Hume con respecto a “la norma del gusto”. El sostenía que, frente a la existencia de una diversidad de gustos en el mundo, existen determinadas apreciaciones que son legítimas y verdaderas, por el solo hecho de estar fundamentadas en la delicadeza en el gusto del experto, la cual le puede apreciar hasta el más mínimo detalle del conjunto.
Para hacer una distinción más ilustrativa, me gustaría traer a colación el interesante aporte de Guido Ballo, quien transforma a los receptores en “ojos” y los clasifica en cuatro: el ojo común, el ojo snob, el ojo absolutista y el ojo crítico.  El primero de ellos, el común, es el que tiene la mayoría de las personas y, a la hora de apreciar el arte,  se guía por la costumbre, lo tradicional y lo convencional. No obstante, entre el ojo común pretende destacarse un ojo snob, que se acopla a lo que está de moda y pretende mostrarse como culto y conocedor de cultura general. Por otro lado, podemos encontrar en algunos casos un ojo absolutista, que  se trata de un observador polémico: tiene un vasto conocimiento sobre arte pero generalmente apunta a una sola dirección y rechaza todo lo que no entre en su campo de visión. Ballo va a decir que por desgracia muchos críticos de arte se encuentran en esta categoría. Son cerrados y generan juicios de valor arbitrarios y extremistas: arte o basura, todo o nada. Finalmente, Ballo va a decir  que una real apreciación estética requiere un ojo crítico, el cual requiere de mayor formación teórica y es capaz de captar en una obra los “síntomas” de la época en la que esta fue llevada a cabo. Este ojo descubre que, si bien la universalidad del arte es absoluta, sus raíces son siempre particulares. Por eso no solo requiere formación, sino también intuición, superación y variación del ángulo para encontrar el indicado para apreciar la obra.
Otra contribución interesante es la de Benjamin, quien, como crítico literario, hace una clara distinción entre el comentario y la crítica de una obra: al primero lo llamaba contenido real mientras que al segundo lo denomina contenido de verdad. Él va a decir que ambos están unidos en el primer periodo de la obra, pero a medida que pasa el tiempo e interviene el análisis crítico, se revela el contenido de verdad que subyace bajo su encubrimiento original. Entonces, la labor del crítico es conocer, investigar, iluminar y acercarse al contenido de verdad de la obra artística.
Me resultó interesante la propuesta que introduce Susan Sontag en su ensayo “Contra la interpretación” (1964). Allí pone en tela de juicio la manera que tiene la sociedad de su momento de vincularse con el arte. Ella sostiene que este vínculo se caracteriza por centrar más el foco en el contenido de la obra, lo que subyace, lo que está detrás de la simple apariencia. El énfasis puesto en el contenido deja de lado la importancia de la forma. Ella sitúa la separación de la forma y el contenido, como dos elementos básicos de toda obra de arte, en la Antigüedad con las primeras teorías estéticas de Platón y Aristóteles. Estas teorías miméticas, a pesar de discrepar  con respecto al estatuto ontológico y al valor cognitivo de las imágenes resultantes de la mimesis, coinciden al concebir la forma como algo accidental y secundario, mientras que el contenido es lo prioritario y esencial. Lo real y verdadero está en el significado de lo que la obra representa, en cambio la apariencia sensible de la misma pasa a un segundo plano, ya como un simulacro engañoso, una copia de copias que aparta a las personas del orbe de las ideas (Platón), o ya como imitación de acciones cuyo efecto catártico obedece a que no se la confunda con sus modelos reales (Aristóteles). Por lo tanto, la práctica de la interpretación paso a tener importancia, por desentrañar los contenidos que están implícitos en las obras. La interpretación procede como una traducción, una transformación de lo inmediato y obvio por el uso de un código que revela lo escondido y latente.
Para Sontag, la idea misma de contenido se torna un obstáculo en la época en la que escribe, porque la interpretación se ha tornado cada vez más compleja. De hecho, su reflexión se torna mas radical al afirmar que la interpretación es la forma típicamente moderna de comprender algo, al elevar lo que ocurre en el campo artístico a nivel sistema. Pero sin ir mas lejos, ella afirma metafóricamente que “la interpretación, basada en la teoría (…) de que la obra de arte está compuesta por trozos de contenido, viola el arte”. ¿Qué quiere decir semejante afirmación? Significa que los intérpretes, o más bien los críticos, estrujan la obra de arte con tal de obtener el oro, el contenido de verdad como diría Benjamin, desintegrando la forma, y esto muchas veces termina desvirtuando y hasta deformando a la obra. Caracteriza a la interpretación como una reducción del mundo real en un mundo de significados. Los “enfoques contenidistas” subsumen al arte en el campo de la teoría y bloquean la fuerza liberadora que lo caracteriza, al concebir a la obra como un acertijo. Por lo tanto, esta búsqueda de la verdad que subyace tras la apariencia puede recaer en la ceguera.
Por eso es que, tanto para Sontag y como para otros pensadores de la época, el arte moderno pretende huir de la interpretación, de la búsqueda de significados ocultos.  Por eso, la autora destaca la transparencia en las obras, la cual supone experimentar la luminosidad del objeto en sí, de las cosas tal como son. Ella cita ejemplos de manifestaciones artísticas que huyen de la interpretación y dan valor a la transparencia de la forma, como es el caso del pop-art, la pintura abstracta, la poesía moderna o el cine de Bergman, Godard, etc.  En definitiva, no menosprecia el intelecto del crítico sino que, más bien, reivindica otro modo de vincularse con el arte. Propone una erótica del arte, una crítica que se detenga en el “cómo es lo que es”, la forma de la obra.
Diez años antes al ensayo de Sontag, Pareyson elabora su teoría de la formatividad, la cual considera a la obra de arte como el resultado de un proceso dialéctico entre el artista y la materia (materia entendida como medios expresivos, técnicas, teorías, lenguajes, etc.). En este proceso, el artista se pone el dialogo con la materia, a través de la interpretación. La obra va tomando forma a medida que el artista se somete al camino que decidió tomar, ya que hay una multiplicidad de relaciones entre forma y materia. En resumidas cuentas, en la recepción de una obra finalizada ocurre lo mismo, no hay una única interpretación, sino que cada intérprete se sirve de su personalidad como instrumento de lectura de la obra. No hay un contenido de verdad sino interpretaciones, existen múltiples caminos para llegar a una misma verdad. Tanto Sontag como Pareyson dan relevancia a la forma, aunque el segundo tiene una idea de interpretación distinta a la de la primera. Sontag concibe la interpretación en relación a la función del crítico de arte, mientras que Pareyson parece entender la interpretación como la acción que hace cualquier sujeto que contempla una obra de arte.
Admiro el hecho de que ella, siendo escritora, novelista y ensayista, entre otras tantas cosas, examine y cuestione los fundamentos de la crítica y la interpretación, proponiendo un vínculo erótico con el arte. Y así fue cómo ella produjo material con esta finalidad. Sin embargo, advierto que esta postura no logra un conciliar la separación entre la forma y el contenido, sino mas bien se invierten los roles que habían adquirido tradicionalmente.

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Creo que es muy útil contar con las herramientas adecuadas para “conectar” con la obra. Conectar seria saber interpretar, dejar que la obra penetre en nosotros a través de los sentidos, recibir un mensaje. Dicho mensaje puede gustar o no, generar sensaciones agradables o desagradables. Por ejemplo, Baudelaire decía que la crítica debía ser parcial, apasionada, política, hecha desde un punto de vista exclusivo pero que abra la mayor cantidad de horizontes. De esta manera, la crítica le permitió al “Baudelaire poeta” conocer otras obras de arte a través de la experiencia estética, así como también hace posible que el “Baudelaire crítico” pueda descubrir su propio yo a través de su experiencia directa con las manifestaciones artísticas. Criticar es conocer y al mismo tiempo recordar las analogías entre las obras y el mundo interior del artista.
No obstante, me pregunto… ¿cómo sería el mundo si no hubiesen existido críticos de arte en ningún momento de la historia? ¿Qué hubiera pasado con el arte? Básicamente, mi gran duda es: ¿Las herramientas que aporta la crítica para la apreciación del arte son necesarias, constituyen una condición sine qua non?
Esta tendencia a creer que hay una “ignorancia” general en el público parece ser el síntoma de aquella creencia de que el arte solo puede ser entendido por unos pocos, por aquellos que estudiaron o aquellos que “nacieron con un don”. En contados casos vemos críticos o expertos en arte que poseen el ojo absolutista, como diría Ballo, que hablan desde una posición de poder. La figura del crítico como único poseedor de conocimiento y capacidad de juzgar una obra es sumamente determinante e influyente. Esto ocurre, no solo con el ojo absolutista que criticaba Ballo, sino también el ojo crítico. Es sumamente probable que muchos críticos literarios hayan desvirtuado el verdadero significado de una novela o la obra completa de un autor. Y si esto no es así, ¿cómo puede ser que existan tantas interpretaciones posibles de la obra de Kafka? Considero que el impacto que genera la crítica en la sociedad es más fuerte de lo que aparenta. Muchas veces el discurso del experto se impone, tiene poder de veto y transformación. La interpretación que se logra imponer marca el destino de la obra y del artista, abre algunas puertas y cierra otras e, inconscientemente, determina la forma en que vamos a vincularnos con el arte. Esto ocurre en diversos contextos, desde un jurado que evalúa y discute quien será el ganador de un concurso de artesanías regionales hasta un sujeto que escribe una reseña del último disco de una banda en la revista Rolling Stone. El crítico construye los estándares en el arte, y el ojo común los consume.
El problema no está en el hecho de que la critica cobre un carácter arbitrario o absolutista. Sin embargo, creo que en el arte todo vale por el simple hecho de ser una representación de un sujeto, ya sea de una idea de belleza, de un sentimiento o lo que sea. Independientemente del contenido de la crítica, y la pluralidad de críticas que se puedan hacer, como receptores tenemos determinados un camino a seguir, sin dejar lugar a otras posibilidades. Entonces, paradójicamente, la critica nos amplia y nos limita. De acuerdo con Fragasso, para superar la subjetividad arbitraria de la crítica y abrir un gran número de perspectivas, sería preciso que ésta misma pueda cuestionar sus propios fundamentos y certezas. Entonces, podría decirse que lo que muchos ven como una decadencia en la crítica de arte, otros lo ven como un gran paso.

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Ahora puedo sacar mis propias conclusiones. La cuestión de la crítica del arte me llevó directamente a la cuestión de la interpretación, y allí es donde veo un terreno pantanoso. En él hay ambigüedad: Interpretación puede ser la traducción del experto (Sontag), pero también puede ser la de cualquier intérprete no especializado (Pareyson). También hay contradicción: la interpretación amplía nuestros horizontes, pero limita nuestra visión. Por lo tanto, hay un cortocircuito que nos puede llevar a discusiones sin salida. Teniendo en cuenta la pluralidad de caras que esconde un simple concepto, puedo entender que el problema es semiótico.
Desde mi humilde opinión, estoy a favor de una idea de interpretación basada en el individuo común y corriente que analice, investigue, y experimente por su propia cuenta el arte, como si él fuera un crítico, y que pueda intercambiar sus interpretaciones con las de otras personas. Desde mi experiencia personal, escribiendo en una revista de crítica de cine, me sentí varias veces interpelada cuando escribía mis análisis, porque en realidad me siento y me veo a mi misma como una cinéfila común y corriente. Prestaba atención a las formas y contenidos que yo creía relevantes del film, sabiendo que quizás otra persona le daría más importancia a otras cuestiones. Creo que esta idea de interpretación, que se esta gestando en muchos espacios, seria una forma fructífera de conectar con el arte.

martes, 27 de septiembre de 2016

Sofia Coppola

(nota publicada en la revista digital de análisis de cine La Cueva de Chauvet, junio de 2015)
Me imagino que no debe haber sido fácil para Sofía insertarse en el mundo de los cineastas, siendo hija de Francis Ford Coppola, uno de los directores más importantes e influyentes de la historia del cine. Su padre ha dirigido varios films alucinantes, incluyendo algunos de los tantos que han sido considerados como los más importantes del siglo XX, como la trilogía de El Padrino y Apocalypse Now. Se ha asentado el prestigio y su reconocimiento en todo el mundo. Coppola es de esos apellidos que tienen mucha resonancia en el ámbito de la cultura y el arte en general. Sin embargo, hoy en día, cuando nos referimos a un tal Coppola necesitamos especificar si estamos hablando de Coppola-padre o Coppola-hija.
Sofía  se ha criado en Hollywood y tuvo siempre presente la influencia de su figura paterna. Desde muy pequeña ha participado como actriz en numerosas películas y más tarde colaboró como guionista y diseñadora de vestuario. Obviamente, el ser “la-hija-de” le ha abierto muchas puertas, aunque  ha decidido dar paso firme e independizarse de esa imagen que atribuyeron los medios, demostrando ser una mujer con mucho talento que no se alimenta de la fama de su padre. En este sentido, hoy en día se puede decir que ha logrado reivindicarse como una directora de cine con mucha personalidad. Si hay algo que tienen en común las cinco películas que dirigió hasta el momento, es que en ellas la intención principal está en la recreación de ambientes en donde predominan las sensaciones de soledad, de incomprensión y la búsqueda de compañía. Sería algo análogo a lo que en la antigua Grecia se solía decir respecto a la experiencia del espectador frente a la tragedia: esa expurgación de las emociones a través de la catarsis, ese pathos en el que el espectador comprende al personaje de la historia y siente compasión por él.
En sus films predomina la figura femenina, representada como algo puro, inocente y sumamente sensible. Centra su atención en personajes (sobre todo chicas jóvenes y bellas) que, a pesar de tener éxito y popularidad, se sienten solos, aburridos, abandonados o incomprendidos, y que buscan diversión y compañía para llenar ese vacío. De hecho, sus películas fueron catalogadas como pertenecientes al género drama, ya que tratan sobre personas o caracteres que simbolizan, en forma concreta y directa, un conflicto humano, aunque por momentos pueden aparecer elementos cómicos y románticos. La representación de este mundo sentimental puede que esté determinada por su propia experiencia personal, ya que generalmente en sus películas se presenta un viaje a otro país, la buena educación, la fiesta, el hotel, el éxito, la fama, entre otras cuestiones que pueden relacionarse con una vida privilegiada, como puede haber sido la suya por ser hija de un prestigioso director de cine. Pero, además de representar esos estilos de vida, Sofía quiere sacar a la luz el costado triste y lastimero de esas historias. Por esta razón, cualquiera de sus películas puede parecer aburrida y monótona para quienes solo les interesa la trama antes que las emociones que se intenta trasmitir. Es una directora que ha sido aclamada y rechazada por la crítica y el público, aunque vale recalcar que ha ganado muchos premios prestigiosos, sobre todo gracias a su película Lost in Traslation (o Perdidos en Tokio, en español) del 2003. Tiene una estética que le es muy característica, por ejemplo el predominio de los colores pasteles, de imágenes sobrias y armónicas, de objetos típicos del ámbito de lo femenino o chicas rubias de ojos claros. Por otra parte, tiene mucha reivindicación en el ambiente de la música Indie ya que ha dirigido varios videoclips de bandas como White Stripes, Sonic Youth, The Flaming Lips, etc., y muchas bandas han participado del soundtrack de sus películas, por ejemplo Air, The Strokes, Phoenix, entre otros.



Desde el primer cortometraje que dirigió a los 27 años, Lick the star (1998), ya comienza a relucir un estilo que luego va a pulir en sus próximas películas. Con una estética alternativa, un soundtrack con bandas del movimiento musical feminista “riot grrrl” y la imagen en blanco y negro, el corto trata de una jovencita bella y rebelde que pasa de ser la líder del grupo de las “chicas malas” a ser traicionada y quedarse sola. Si bien se trata de un corto de 15 minutos aproximadamente, creo que es importante traerlo a colación porque en él logra retratar una generación de chicas sensibles, románticas, soñadoras, que intentan rebelarse e independizarse. La experiencia del sufrimiento femenino comienza a ser una clave en su estilo, y es algo que en su primera película de larga duración, The Virgin Suicides (1999), va a profundizar un poco más. Basado en la novela homónima de Eugenides, su primer largometraje está ambientado en la década del 70 y cuenta la historia de cinco hermanas adolescentes que sufren por las restricciones que les imponen sus padres religiosos. Debido a la contradicción entre las presiones que se les imponían y lo que ellas querían, las hermanas son aisladas del mundo exterior y caen en la depresión. Además de narrar una triste historia, Sofía intenta hacer una fuerte crítica a la educación religiosa y el mundo de las apariencias. La película tuvo mucho éxito y reconocimiento internacional, logrando la adhesión de muchas jóvenes que se sintieron identificadas con los personajes femeninos de la historia.

Su segundo film, Lost in Traslattion (2003), fue un éxito de taquilla: los papeles interpretados por Bill Murray y Scarlett Johansson, y el nivel de detalle que Sofía logró transmitir, fueron aclamados de manera muy positiva. La historia está ambientada en el Tokio actual y trata sobre el encuentro en un hotel de dos desconocidos, un viejo actor en decadencia (Murray) y una bella muchacha solitaria y perdida (Johansson). Ambos sienten un vacío en sus vidas y comienzan a conocer juntos los rincones de esa gran ciudad y, poco a poco, se enamoran. Con esta película Coppola ganó un Academy Award (en la categoría de mejor guión original, que fue escrito por ella misma) y tres Globos de Oro (en las categorías mejor guión, mejor película y mejor actor para Murray). De esta manera, la joven directora se convirtió en la tercer mujer, después de Lina Werthmuller y Jane Campion, en ser nominada y ganadora en los premios más importantes del mundo del cine. 




Luego, con Marie Antoinette (2006) se dividieron las aguas: a muchos les resultó fascinante y a otros les pareció decepcionante. Con esta película, Coppola intentó representar de manera ficticia la vida de María Antonieta (Kirsten Dunst), como si fuera una chica de la actualidad que vive en la Francia del siglo XVIII. Obviamente de manera muy ficcional y eliminando sutilmente algunos pasajes históricos, en el film la joven austríaca se rebela contra el aislamiento que representa la corte de Versalles y se convierte en la reina más incomprendida de Francia. Su siguiente película fue Somewhere (2010), con la que intentó volver a la misma temática de Lost in Traslattional reflejar la soledad, en este caso, de un famoso actor de Hollywood (Stephen Dorff) que vive de los excesos y los lujos pero que vuelve a encontrar la felicidad y el equilibrio cuando comparte momentos con su hija preadolescente (Elle Fanning). Ha recibido muchas críticas positivas y Coppola volvió a recibir reconocimiento por escribirla y dirigirla al ganar el León de Oro en el Festival de Venecia, aunque también recibió duras criticas por el abuso de los mismos recursos que utilizó anteriormente en las ambientaciones melancólicas y por no crear nada original o diferente en comparación con lo anterior. Más tarde dirigió The Bling Ring (2013), que trata sobre un grupo de jóvenes de Los Angeles que comienzan a robar cosas de famosos, tomar drogas y asistir a fiestas desenfrenadas. Ésta quizás ha dejado a muchos críticos insatisfechos, porque le faltó representar con profundidad el contexto moral, dando como resultado una película “vacía” y “banal”. Su posterior trabajo es The Little Mermaid que aun no ha sido estrenado, y actualmente se está dedicando a filmar una serie de televisión con Bill Murray.




 Sofía Coppola tiene un estilo muy definido y con una visión muy particular sobre un determinado recorte de la realidad. Si bien obtuvo su momento de prosperidad y elogio, parece haberse estancado en un mismo discurso, sin lograr proponer nuevos contenidos, ni profundizar en los ya expuestos. En su momento, ese estilo con tanta personalidad fue la novedad y lo que le dio trascendencia. De todas maneras, es una directora con gran potencial y que tiene mucho por delante como para sorprendernos nuevamente. 

lunes, 26 de septiembre de 2016

Kids

(29/8/2014)


Estaba leyendo un trabajo del antropologo Philippe  Bourgois titulado En busca de respeto: vendiendo crack en Harlem, y de repente me remitió a algunas escenas de esta película, escrita por Harmony Korine y dirigida por Larry Clark. 





Bourgois cuenta que la intensión inicial de su investigación era analizar la experiencia de la pobreza y la marginalidad étnica en el corazón de una de las ciudades mas ricas del mundo, como es el caso de Nueva York. Sin embargo, este objetivo preliminar logró que el investigador se sumerja en un mundo en donde la ilegalidad y la clandestinidad están ligadas a los fenómenos que se proponía estudiar: el mundo de las drogas. De esta manera, el antropólogo convivió con vendedores de crack en Harlem y retrato sus vidas. Él sostiene que el consumo de drogas en las zonas urbanas es solamente un síntoma de una dinámica profunda de alienación y marginalidad social. De esta manera, Bourgois toma como una de sus dimensiones de análisis la "cultura callejera" haciendo una suerte de "descripción densa" de la vida de los jóvenes y su relación con la clandestinidad. Así fue como se me vinieron a la cabeza escenas "fuertes" de muchas películas que retratan estas temáticas. Sin embargo mi cabeza se detuvo en Kids particularmente, y a partir de allí empece a reflexionar...





Convengamos que no es una excelente película, profunda y fructífera. Es mas bien un retrato de un día en la vida de un grupo de adolescentes neoyorquinos sumergidos en el mundo de las drogas, el vandalismo, el sexo y la violencia. En definitiva, es lo que tanto Larry Clark como Harmony Korine siempre buscaron retratar en sus polémicos films: historias de vidas de adolescentes sin limites y llenas de excesos. Yo creo que buscan generar un fuerte impacto al espectador, como modo de demostrar un contexto de decadencia. Ésto también me llevo a pensar otra cuestión que considero moralmente degradante: niños con armas. No solo hay muchas películas yankees de los años '90 que tratan sobre niños que crecen en un ámbito de clandestinidad y marginalidad que los llevan a casos extremos de criminalidad (como en Pups o Leon, the professional), sino que también hay casos reales de dicha envergadura que ocurrieron en distintas partes del mundo, por ejemplo en los Estados Unidos el primer caso que trascendió a nivel mundial fue la "massacre de Columdine" en 1999, en el que dos adolescentes menores de edad que sufrían trastornos de depresión y sociopatía llevaron a cabo un asesinato masivo en el colegio donde asistían. Casos parecidos a este tuvieron lugar en otros países, inclusive Argentina.






 Para  incluir una mirada más global, como muchos sabemos,  durante las décadas del '60 y '70, la juventud tuvo un gran protagonismo en distintas partes del mundo en un contexto de creciente globalización, ¿cierto? Siguiendo esta perspectiva, ¿podría decirse que, a fines del siglo pasado, los niños y adolescentes son los protagonistas de la nueva era por representar casos extremos que van en contra de las normas morales socialmente establecidas? Entonces, como diría el colega Durkheim, en estos casos se podría hablar de anomia... ¿Acaso estos comportamientos que vemos a través de consumos culturales son producto de tendencias "exclusógenas", centrífugas? ¿Rebeldía con o sin causa? ¿Victimas o victimarios?

Las preguntas no necesariamente tienen que tener sus respectivas respuestas, sino que creo que sirven como disparador para hacernos aun mas preguntas.

Esta conclusión no tiene absolutamente nada que ver con la investigación de Bourgois (¿o si?).

Venus in Furs, Polanski

(esta nota fue publicada en la revista digital de critica de cine La Cueva de Chauvet, en Septiembre del 2015)


Todos somos fácilmente explicables, pero difícilmente inextricables”, es una de las frases que se repiten en la última película del director polaco, Roman Polanski. La Venus de las Pieles (2013) es una película intensa, confusa y atrapante. Es de esos films que dan lugar a las múltiples interpretaciones y juegan con lo psicológico. Sigue fielmente los rasgos característicos de las películas de Polanski, como el humor negro y el lado surrealista de las relaciones humanas, sin embargo es una película muy distinta porque presenta mayor sencillez en cuanto a la puesta en escena y el escaso reparto actoral. La historia (y el nombre) de la película está basada en la novela  escrita por el austriaco Leopold von Sacher-Masoch en 1870, la cual es una representación de su propia vida y experiencia personal, tratando temas como el amor y el masoquismo.
La historia se desarrolla en Francia, en un teatro vacío durante un casting. La obra que el director teatral, Thomas (representado por Mathieu Amalric), buscaba llevar a cabo es “La Venus de las pieles” del austriaco Von Sacher-Masoch, pero no encontraba a la actriz ideal que represente a Vanda, la protagonista de la novela.  Después de tantas pruebas, Thomas está por volver a su casa hasta que de pronto aparece una mujer (Emmanuelle Seigner) que estaba muy ansiosa por obtener el papel principal. Curiosamente, la mujer también se llamaba Vanda. Muy bella aunque bastante grotesca, desprolija e inquieta. Después de tanto insistir, ella termina haciendo una alucinante actuación y el, maravillado e hipnotizado, continúa la audición solo con ella, y hasta comienza a participar en la actuación. 
A partir de aquí la película da un giro, se empieza a cruzar el dialogo entre los personajes de la película y los de la novela. Aparecen dos historias simultáneas que se conectan a través de un interesante juego de manipulación y seducción, hipnótico y confuso.
A la hora de definir de qué tema trata la película se nos hace tan difícil a nosotros como espectadores como a los personajes de la película con respecto a la novela, ya que ella reniega del sexismo que representa mientras que él sostiene que la idea central es la represión de nuestros deseos. Ente toda esta confusión y la diversidad de posibles interpretaciones se crea un escenario de cuadros dentro de cuadros en el que nosotros también formamos parte.
En fin, se me ha hecho difícil descifrar lo que el director quiso representar con esta enigmática película. Quizás lo que importa, como usualmente lo hace el arte hoy en día, es dar lugar a la libre interpretación del espectador, aunque en algunos casos es relativo. Sinceramente me quedaron algunas ideas dando vuelta pero que, en definitiva, no cierran en nada. ¿Cuál es el mensaje? Aparecen diferentes temas (en mi opinión, demasiado clichés) como el sexismo, la dominación, el masoquismo, el dolor, la venganza del feminismo contra el machismo, la seducción, la atracción, el placer. Pero, ¿realmente es lo que Polanski  quiso representar? Si la respuesta fuese afirmativa, hay algo que me hace ruido. Ante la personal ambición de descifrar el mensaje de esta película, que me pareció mucho más compleja y profunda de lo que aparenta ser, me detuve en la frase que da el nombre a esta nota. Vale aclarar que no se si estoy en lo cierto, pero creo que todos los temas que se tocan en la película desvían nuestra atención cuando en realidad hay algo estructural que engloba todo aquello. Estoy hablando del ser humano. Pienso que hay un intento de Polanski de problematizar la naturaleza humana a través de esos temas. Cuando dice que somos fácilmente explicables puede estar haciendo referencia a todo ese esbozo científico e intelectual de explicar la conducta humana y sus manifestaciones (por ejemplo, en la película se menciona la Sociología un par de veces). Al conocer nuestra realidad y nosotros mismos, vemos que estamos dominados por fuerzas negativas, internas y externas, que vienen de afuera y que, a la vez, son producto de nuestras propias acciones. Pero al afirmar que somos inextricables, difícil de resolver, está problematizando esta cuestión de que, por más que hagamos todo lo posible para conocernos, conservarnos y progresar como sociedad, seguiremos teniendo ese costado negativo, siempre existirá en nosotros esa pulsión que inevitablemente causará daño. Sin entrar mucho en detalle, en la película uno de los dos termina ganando y el otro perdiendo: la desigualdad no deviene en igualdad, sino que solo se revierten los roles.

El arte cinematográfico tiene esa potencialidad de hacer que nos sumerjamos en lo más profundo de nuestros pensamientos. Considero que es un logro que una película, además de conectarnos con ciertas emociones, nos lleve a otros niveles de abstracción mucho más elevados. Hace mucho que no me encontraba con una película de esta índole y, evidentemente, el desafío de Polanski no era mostrar algo que nos resulte obvio y cotidiano, sino algo que va mucho más allá. Una interesante película, para pensar y reflexionar sobre nosotros mismos.

Rockabilly, Psychobilly y Surf rock

(la siguiente nota fue escrita en el marco de una columna de Música Retro en un programa radial llamado Acariciando lo Áspero en el año 2014)

El Rockabilly es uno de los primeros subgéneros del rock and roll. Surge como género musical y contracultura juvenil durante la década de 1950 en los Estados Unidos, a partir de tensiones raciales y sociales subyacentes y como oposición a la música country. Si bien para algunos el "rockabilly" puede definirse solo como un estilo musical, otros van a tomarlo como un estilo de vida, o como suelen decir los anglosajones, una "attitude". Las letras de este género hacen referencia a disfrutar el momento, el baile, la sensualidad y liberarse de los problemas que trae el dinero, las responsabilidades y las preocupaciones. También se identifica con la onda adolescente de las fiestas, las citas y los romances. Un claro ejemplo de ello es la canción de Wanda Jackson, titulada Let's have a party (Tengamos una fiesta): "Some people like to rock/ some people like to roll / But movin' and a-groovin's gonna satisfy my soul / Let's have a party"  El sonido rockabilly tiene mucho que ver con la nueva cultura adolescente de la época Greaser y esas ganas de hacer ruido, con una postura de arrogancia y rebeldía. 



Los Greasers son una subcultura de los años 50 de clase trabajadora urbana (italoamericanos, hispanos y estadounidenses) que se creó entre las bandas de jóvenes del sur y la Costa Este de los Estados Unidos. El término "greaser" era un insulto que los conservadores estadounidenses aplicaban a los hispanos e italoamericanos, debido a la cantidad de grasa con la que se moldeaban el cabello para peinar sus “jopos”. Durante esa época, este grupo social solía tacharlos de delincuentes y vagos. Posteriormente, esta idiosincrasia fue adoptada por muchos jóvenes como forma de "expresión rebelde". Por ejemplo, la película musical Grease (1978) protagonizada por John Travolta y Olivia Newton John está ambientada en esa época y logra retratar la escena de los Grasers. Entre los emblemas del rochabilly nos encontramos con el mismísimo Elvis Presley.  He aquí dos himnos...


         Este género entró en decadencia en los años 60 y 70, ya que en ese periodo cobro mayor fuerza otro estilo musical: la música Surf, también conocida como “música californiana”. Esta música fue utilizada de banda sonora para las películas playeras de la época, de allí sale la forma de asociar esta música con el verano, la playa, las bikinis y las camisas manga corta con estampado de palmeras. El surf rock generalmente es instrumental, con una guitarra eléctrica o un saxofón tocando la melodía principal, representada por primera vez por artistas como Dick Dale and The Del-Tones. Tambien encontramos el pop surf vocal, que incluye baladas y música de baile, a menudo con armonías fuertes, asociadas principalmente con The Beach Boys. 

A mediados de los '70, surgen grupos aún más salvajes, pesados y rápidos en el mundo de la música. De esta manera resurge de sus cenizas el Rockabilly los de los años 50 en nuevo envase, dando lugar al Neo-Rockabilly Psychobilly
El Psychobilly es una fusión de géneros de música rock, que mezcla elementos del punk rock, el garage rock y el rockabilly. Sus letras tratan sobre historias de ciencia ficción y terror, poniendo énfasis en temas tabú como la muerte, el sexo y el sadomasoquismo, por eso es directamente asociado con el boom de las películas de terror y de clase B durante esa época. A diferencia de los otros géneros anteriores, que tuvieron fuerte impacto en EEUU, el Psychobilly tuvo mucho mas éxito en el viejo continente, especialmente en Inglaterra. Entre los mas grandes exponentes nos encontramos con los grupos norteamericanos The Cramps y los Misfits.

Estos géneros perdieron fuerza a lo largo del tiempo, aunque no se extinguieron del todo. En estos últimos años  nos encontramos con un fuerte renacer de la cultura/contracultura Rockabilly en distintas partes de este mundo globalizado. No solo se vuelve a reivindicar la música retro o se intenta revivir la estética greaser o pin-up, sino que muchos optan por tomarlo como un estilo de vida, como solía hacerse "a la vieja escuela". Estos tres subgéneros musicales se encuentran mezclados y ligados en la actualidad, sin llegar a ser completamente diferenciados uno de los otros. Se busca reivindicar personalidades clásicas de este universo, como Bettie Page, Elvis Presley o Johnny Cash. Chicas con vestidos que marcan la figura de las curvas y muchachos con camperas de cuero y jopos bien peinados montando motocicletas Harley-Davidson. Además, un elemento que comienza a ser clave para esta estética son los tatuajes (los estilos predilectos son el old-school y el new school). Una forma de reconstruir este "estilo de vida" es sacado de las películas norteamericanas. En el cine podemos encontrar referentes a estos estilos: la voluptuosa Tura Satana protagonizando Faster, Faster, Pussycat! Kill, Kill (1965) y  Marlon Brando en The Wild One (1953)




Aquí podemos ver una recreación modernizada del estilo rockabilly femenino, combinado maquillaje estilo gótico, blazers ochentosos y  actitud punk:

Si bien su música no tiene que ver con el Rockabilly, uno de los artistas del momento que optó por este look greaser es Alex Turner, cantante de la banda Arctic Monkeys:


...y, por supuesto, la cantante solista de jazz, soul y blues Amy Winehouse también eligió el look pin up.



Espero que te haya gustado esta nota. Es un breve "pantallaso", el cual reconstruí a partir de mis conocimientos previos y lo que fui encontrando sobre la marcha. Si quieres aportar algo, bienvenido sea! En otra oportunidad voy a continuar y profundizar el contenido aquí expuesto, Gracias por leer!