(esta nota fue publicada en la revista digital de critica de cine La Cueva de Chauvet, en Septiembre del 2015)
“Todos somos fácilmente explicables,
pero difícilmente inextricables”, es una de las frases que se repiten en la última
película del director polaco, Roman Polanski. La Venus de las Pieles (2013) es una película intensa, confusa y
atrapante. Es de esos films que dan lugar a las múltiples interpretaciones y
juegan con lo psicológico. Sigue fielmente los
rasgos característicos de las películas de Polanski, como el humor negro y el
lado surrealista de las relaciones humanas, sin embargo es una película muy
distinta porque presenta mayor sencillez en cuanto a la puesta en escena y el
escaso reparto actoral. La historia (y el nombre) de la película está
basada en la novela escrita por el
austriaco Leopold von Sacher-Masoch en 1870, la
cual es una representación de su propia vida y experiencia personal, tratando
temas como el amor y el masoquismo.
La historia se desarrolla en Francia, en un teatro
vacío durante un casting. La
obra que el director teatral, Thomas (representado por Mathieu Amalric),
buscaba llevar a cabo es “La Venus de las pieles” del austriaco Von
Sacher-Masoch, pero no encontraba a la actriz ideal que represente a Vanda, la
protagonista de la novela. Después de tantas pruebas, Thomas está por volver a su casa hasta que de pronto aparece una mujer (Emmanuelle Seigner) que estaba muy ansiosa por obtener el papel principal. Curiosamente, la
mujer también se llamaba Vanda. Muy bella aunque bastante grotesca, desprolija
e inquieta. Después de tanto insistir, ella termina haciendo una alucinante
actuación y el, maravillado e hipnotizado, continúa la audición solo con ella, y hasta
comienza a participar en la actuación.
A partir de aquí la película da un giro, se empieza a cruzar el dialogo entre los personajes de la película y los de la novela. Aparecen dos historias simultáneas que se conectan a través de un interesante juego de manipulación y seducción, hipnótico y confuso.
A partir de aquí la película da un giro, se empieza a cruzar el dialogo entre los personajes de la película y los de la novela. Aparecen dos historias simultáneas que se conectan a través de un interesante juego de manipulación y seducción, hipnótico y confuso.
A la hora de definir de qué tema trata
la película se nos hace tan difícil a nosotros como espectadores como a los
personajes de la película con respecto a la novela, ya que ella reniega del
sexismo que representa mientras que él sostiene que la idea central es la
represión de nuestros deseos. Ente toda esta confusión y la diversidad de
posibles interpretaciones se crea un escenario de cuadros dentro de cuadros en
el que nosotros también formamos parte.
En fin, se me ha hecho difícil
descifrar lo que el director quiso representar con esta enigmática película. Quizás
lo que importa, como usualmente lo hace el arte hoy en día, es dar lugar a la libre interpretación del espectador, aunque en algunos casos es relativo. Sinceramente me quedaron algunas ideas dando
vuelta pero que, en definitiva, no cierran en nada. ¿Cuál es el mensaje?
Aparecen diferentes temas (en mi opinión, demasiado clichés) como el sexismo, la
dominación, el masoquismo, el dolor, la venganza del feminismo contra el
machismo, la seducción, la atracción, el placer. Pero, ¿realmente es lo que Polanski
quiso representar? Si la respuesta fuese
afirmativa, hay algo que me hace ruido. Ante la personal ambición de descifrar
el mensaje de esta película, que me pareció mucho más compleja y profunda de lo
que aparenta ser, me detuve en la frase que da el nombre a esta nota. Vale
aclarar que no se si estoy en lo cierto, pero creo que todos los temas que se
tocan en la película desvían nuestra atención cuando en realidad hay algo
estructural que engloba todo aquello. Estoy hablando del ser humano. Pienso que
hay un intento de Polanski de problematizar la naturaleza humana a través de
esos temas. Cuando dice que somos fácilmente explicables puede estar haciendo
referencia a todo ese esbozo científico e intelectual de explicar la conducta
humana y sus manifestaciones (por ejemplo, en la película se menciona la
Sociología un par de veces). Al conocer nuestra realidad y nosotros mismos,
vemos que estamos dominados por fuerzas negativas, internas y externas, que
vienen de afuera y que, a la vez, son producto de nuestras propias acciones. Pero
al afirmar que somos inextricables, difícil de resolver, está problematizando
esta cuestión de que, por más que hagamos todo lo posible para conocernos,
conservarnos y progresar como sociedad, seguiremos teniendo ese costado
negativo, siempre existirá en nosotros esa pulsión que inevitablemente causará
daño. Sin entrar mucho en detalle, en la película uno de los dos termina
ganando y el otro perdiendo: la desigualdad no deviene en igualdad, sino que
solo se revierten los roles.
El arte cinematográfico
tiene esa potencialidad de hacer que nos sumerjamos en lo más profundo de
nuestros pensamientos. Considero que es un logro que una película, además de
conectarnos con ciertas emociones, nos lleve a otros niveles de abstracción
mucho más elevados. Hace mucho que no me encontraba con una película de esta
índole y, evidentemente, el desafío de Polanski no era mostrar algo que nos
resulte obvio y cotidiano, sino algo que va mucho más allá. Una interesante
película, para pensar y reflexionar sobre nosotros mismos.
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